lunes, 31 de agosto de 2009

Seré en la vida



Seré en la vida
...

Seré en la vida
la musa dormida,
el preso pensamiento
clavado en el corazón.
Seré la que seduzca
cada silencio,
seré el amor inhibido
bajo el cielo,
exigiendo vulnerar
cada susurro al oído.
Seré la censura
que celará a la luna
en su abrigo,
envolviéndome
sospechosa
en su arribo.
Seré el sacrificio
del deseo,
en cada beso.
Seré la piel canela
de sus noches en vela
desnuda y vacía
esperando me roce.
Seré en la vida
un cincel de rosas
vestida de armonía y ansiosa
por poseer en mis días
su nombre errante
en mi boca.
Serle la que te espera
siempre,
para amarte.

AMOR INDIFERENTE...




AMOR INDIFERENTE...


No le pediré un te amo
en los etéreos senderos de la vida,
no pediré tu mano
a los empalmes dotados,
puesto que te seré indiferente
cuando mendigues un beso de frente.



No busques las horas temprano
que llegaré tarde a tu encanto,
no me acaricies con viveza
que me iré volando como la brisa.
Busca mejor un aire aplacado
para dormir en tu llanto
mientras te diferencio del pecado.



Sería prudente ahuyentar
al corazón a causa de saciedad inherente,
para plagiar el sentimiento adjunto.
¿Pero acaso estaré libre de quererte?
pues así seré indiferente como tú,
hasta que la muerte
logre retenernos en su dictamen.

Juraría ...


Juraría ...

Juraría que nada ha pasado,
que ayer fue el día que te entregué
mi corazón entero,
que los ciclos no tienen cabida en mi vida
y que tú volverías a mis noches cálidas.

Juraría que los problemas hoy son un eco
que te susurraría distraída,
amando cada parte de tu cuerpo.

Juraría que eres parte de mis fantasías,
voz de mis adentros
y único en mi cielo.

Juraría que no hay palabra de amor
que retome tus besos,
que tus gemidos jamás estarán vacíos.

Juraría de nuevo que te amo,
sumergiéndome en tu cuerpo
ungiéndolo con deseo
cuando perseveramos
aún con el ensueño.

Juraría que jamás te dejaría amar.

Imagina...


Imagina...

Imagina
que hoy sembré en un jardín
una rosa Perfumada,
delicadamente cuidada
que trillaba de felicidad,
que crecía con a granel.

Imagina ese otoño
que ha de cobijarnos
cuando nuestras almas
están encendidas
en un abrazo.

Imagina que eres único,
y cuantas ilusiones
nacerán al lado mío,
embarcados de amor
y delirio.

Imagina que bello sería
tener nuestro propio paraíso
amándonos tórridamente,
con las estrellas
ardidas en nuestro destino.

Imagina que el otoño
nos acecha y nos pervierte
en cada suspiro.

Imagina ahora

que danzo en tus sueños dormida,
arrestada de tu cuerpo con amor,
desatada del tiempo
y cautiva en tus besos…

Solo imagina
y avísame cuando hayas
logrado entenderlo.

ABSURDA SOLEDAD...


ABSURDA SOLEDAD...



Así se manifiesta de raíz,
desnuda su mirada en el recuerdo,
volviéndose confidente del tiempo.

Es tan inadmisible
que le da la espalda
a cada camino de dolor.

Tiene un gesto lúcido,
y una razón inagotable
a sus palabras necias
con evocación.

Ella traspasa la puerta
con furor,
y aletea en la ventana
en cada escabullida,
buscando la razón
o la cognición a su vida.

Ella, apagada e injusto
flaquea en su indulto,
a favor de su soberbia
umbrosa,
buscando
un miedo más para incluir
en su secuencia.

Optemos...


Optemos...

Por amarnos con lujuria
hasta merendar cada verso,
escojamos ser libres
derrumbándonos entre orgasmos,
para secuestrar el sentimiento ajeno
con nuestros labios,
para tener motivos cerrados
para amarnos.

Escojamos escapar
naturalmente de nuestro espacio,
para nacer en cada abrazo,
usurpemos los versos de amor
que surgen en nuestra cesión de pasión.

Elijamos acariciarnos
en el susurro del viento,
para absorbernos y entregarnos
sin complejos.

Optemos por ser uno
sin reclamo alguno
y ocultemos un poco
el incoherente desacierto
que quiere distanciarnos.

Ovulando melancolías


Ovulando melancolías

Oculto en mi vientre tu olor,
tus besos impetuosos
y tu resplandor,

Sedienta de ti
me resguardo en el deseo
de no mencionarte
en mi arresto...

Ovulo una esperanza
dentro de mí,
en cada solitaria noche
vacía y gris,
reclamando un reproche.

Fecunda el silencio
como oquedad buscando
un abrigo desierto
en su lamento…

Ahí segrega
la prueba perdida
por el tiempo,
y se embarca lento
hasta hacerse eco.

Y como cada día
ovulo siempre una ansiedad
apoyada en mi melancolía,
pensado si podré
fecundizar las promesas
dilapidadas en su debilidad.

Te entiendo..



Te entiendo...


Aún no te conozco
pero te siento mío
en cada latido,
siento el olor de tu cuerpo
en los pasos del destino,
escucho tu voz inconstante
en el silencio del descarrió.

Conozco la mirada apasionada
que se filtra en tus rimas,
en la caricia terciada
de tu desnudo cuerpo,
entiendo el deseo
que me irrumpes con un te quiero...

Conozco el secreto
de tus sueños solitarios,
te entiendo...
Aún estando despedazados
por la distancia,
perseguidos por el deseo...

Entiendo el lenguaje
de tu boca dormida en mi espalda,
del roce de tu piel húmeda
en mi alma.

Te veo en la predicción
de mis noches afanosas
y te descubro tan cerca
navegando con mí aliento...

Ahí te juzgo
sintiendo tu cuerpo
a kilómetros de tu deseo,
oyendo tu voz
susurrando palabras
de amor que ni yo misma
podría decirte con tiempo....

Por eso te entiendo
porque así te siento a lo lejos.

Tres liras de amor...



Tres liras de amor...


*



Búscame en tu profundo,

delirando seducirte sentada

ovulando en tu mundo

vagabundo y perdido,

en manto de deseo pervertido...



**



Indágame alentosa,

en tu orbes sin arrojo y sin alma

en tu cama afectuosa,

cedida por tu calma

debajo de las hojas de una palma...



***




Que en mi espíritu fluyen

ganas por rozar tu individualismo

romántico, me intuyen

tu piel en un abismo

de besos llenos de naturalismo.

SONETO II. A mis palabrejas.


SONETO II.
A mis palabrejas.


La locura blasfema mi razón
que aísla de los versos inculpados ,
endebles y continuos olvidados
por la infidelidad de un corazón.


Empleo mi soberbia cognición
que abarata criterios desterrados
de los espíritus resucitados
ansiando pertinaz mi defunción.

Soy dueña visceral de mi penumbra,
herida por acción de mis traidores
que desfiguran mi alma en moralejas.

y mi silencio sólo le deslumbra
de sarcasmos, infierno de fulgores
que me perturban con mis palabrejas.

Prometiste

Prometiste


Prometiste ir junto a mí
viviendo cada momento
que tiene el mundo,
ver la diferencia de los días
encadenados con nuestro orgullo,
crecer con la esperanza a cuestas,
ver la caída del sol y la salida de la luna
con disimulo
mientras nos amábamos.


Dijiste que el invierno
no existiría en nuestras almas,
que habrían primaveras presuntuosas
o entregas mutuas al corazón
y que jamás habría prueba sin vencer
que no fuera la muerte a contener.



Prometiste ser el sendero
de cualquier desvarío,
que encontrarías siempre una respuestas
a cualquier equívoco.
Prometiste no abandonarme en la pelea
contra mi personalismo
hoy me veo ahí con descuido.


Prometiste no morir
y te detuviste a cavar tu tumba
a prepararla para escribir tu despedida
donde tu palabra fue concebida,
y perdida porque tú lo elegiste…


"Yo me retracté en tu huir
para no sentir como te ignoré".

Traidor


Traidor...

Traidor, en mí sondeas con demoro
arremetes mis selvas ya perdidas:
escribes anunciados con decoro
imponiéndome tus expectativas.

Burlaste con inquina cada añoro
con caricias sublimes y cautivas
que para mí valían como el oro,
efigies frágiles y sensitivas.

Me entonaba abrigada en tus conquistas
donde me deslucías en tu mundo
que lleno de impureza no merezco...

Me hirieron y amargaron tus juristas
y relegada de tu cuerpo oriundo,
en donde a cada instante yo perezco.

Para guisela (de Pedro Acal)

Amigos míos, permitirme, aún siendo nuevo en el portal, que os dediques estas humildes letras, a modo de un pequeño homenaje.

Pronunciar tu nombre Guisela,
es imaginar, grácil gacela,

elegante, majestuosa, morena,
del portal, fiel sirena

Préstame tu pluma delicada,
aquélla que al escribir,

lo hace siempre enamorada,
más yo al leerlas, me haces latir…

Como siempre, pones énfasis,
derramando tu elixir,

aquel de tu existir,
aquel de tu sentir…

Préstamela, que me hará soñar,
escribiendo poemas de amar,

los que me hacen imaginar,
estando junto a mi amado mar…

Yo me inspiro,
en tu suspiro,

sin ti, siento que expiro,
necesito tu pluma, y mi papíro…

martes, 18 de agosto de 2009

La conspiración del amor.



La conspiración del amor.



La conspiración

es un lema de poetas

intachablemente románticos,

músicos laicamente enamorados

o trovadores que puntualizan su legado.



Conspiran con cada caricia

con cien sonetos de Neruda,

o con algún poema de Benedetti,

se combinan hasta en algún inocente enamorado…



A veces el amor se confabula calladamente


oculto en algunas baladas distantes,

en alguna remembranza pausada

o en un suspiro enajenado.



Es tan incontestable

que aquel muso frondoso,

conspira contra mi corazón desalmado,

destellando algún latido,

o usurpando algún te amo.



Si el amor conspira,

seré conspiradora de su gemido,

conspiraría contra mi misma

o buscaría una salida a su ocre sagrado.



Al final, la poesía y la música

son un decano de sabiduría

de amor y pasión

que titubean, que nacen

en un corazón enamorado

y llano de pasión escondida.

Esperando que me embarques...


Esperando que me embarques...



Esperando que me embarques
en tu extraviada venida,
anunciando tus caricias,
liberando mares,
estaré acuciosa
por aferrarme a tu cuerpo desnudo,
simulando ser la caldera
de tu deseo inconcluso….

Te esperaré al anochecer
abrasando el placer
con mis labios húmedos,
urdiendo caricias ardientes,
o buscando alguna cumbre
que dibuje tu cuerpo envolvente…

Estoy aún esperando que me embarques,
que me descubras con la mirada,
que aloques con tus besos,
que me tientes con tus manos
y que sea acogida con tu avaricia
que aviva cada aguardo
cuando estoy sedienta
de tu sexo.

Soy un ave...


Soy un ave...

Soy un ave libre
vuelo entre lealtades
y calamidades,
No tengo rumbo,
ni destino que usurpar,
más aún así
tengo metas por lograr.
Amar no es un dilema,
tal vez un sacrificio enorme,
para sobrellevar entre mis alas desiertas
valor y serenidad afín…
Siempre escapo
de cualquier molestia,
y me refugio en cualquier vereda.
Vuelo libre entre ángeles,
acompañada de un mañana
esperando alcanzar
aquella alborada abnegada…
Soy un ave
compositora de mis días,
previsora de mis noches,
extiendo mis alas
presas de amor
y condenadas al desmoche…
Soy un ave
con cintura
y caderas envueltas
en un manto blanco
de inocencia,
concibiendo amor
en una costumbre
de sendas con derroches.

Muéstrame..


Muéstrame...

Muéstrame el camino que quieres
que recorra con mis labios tu cuerpo,
muéstrame el deseo afín
del que goza tus avaricias
por querer estar dentro de mí...

Sedúceme con tus encantos
mientras me asaltas con tu locura
de amor y satisfacción.

Muéstrame tu deseo
deslizando tu nariz
en mi vientre,
añorando tus sortilegios.

Muéstrame tu virilidad
que se desliza en tus manos,
abrazado de mi cintura,
rociándome con primaveras
y locuras.

Muéstrame el rincón oculto
aquel que deseas asentar,
que deseas desnudar cada noche
que deseas despojarme de calor
cuando tengamos frío
y nos arrulle el silencio
de nuestro orgasmo.

Muéstrame tan solo una vez,
como he de enfocarme
en tu cuerpo febril y calmar la sed,
que hay en mi boca
por amarte deliberadamente
y engarzarme en tu deseo.

Muéstrame que el pecado
vale la pena eternizarlo
para amarnos cada vez
que resuene un invierno frustrado.

Verte dormir

Verte dormir



Es como conllevar dos universos
en una cama,
hacerlos diferente aún haciendo el amor,
hacerlo un corazón
estableciendo la cognición….



Verte dormir es como ver el sol
en tu mirada,
la luna en tu cuerpo
y la brisa del nirvana
en tus besos…



Verte dormir
es como ver pasar el tiempo
sin pena de nada,
abrigando el deseo
vendiéndose en nuestro lecho…



Verte dormir
es como predecir el día venidero,
acoplando cadencias
en un te quiero
y jubilando un te amo...



Verte dormir
es como perderlo todo en el deseo,
entregarle tiempo a la noche
y dispensar el pensamiento
a nuestro amor eterno.

Te entiendo...



Te entiendo...


Aún no te conozco
pero te siento mío
en cada latido,
siento el olor de tu cuerpo
en los pasos del destino,
escucho tu voz inconstante
en el silencio del descarrió.

Conozco la mirada apasionada
que se filtra en tus rimas,
en la caricia terciada
de tu desnudo cuerpo,
entiendo el deseo
que me irrumpes con un te quiero...

Conozco el secreto
de tus sueños solitarios,
te entiendo...
Aún estando despedazados
por la distancia,
perseguidos por el deseo...

Entiendo el lenguaje
de tu boca dormida en mi espalda,
del roce de tu piel húmeda
en mi alma.

Te veo en la predicción
de mis noches afanosas
y te descubro tan cerca
navegando con mí aliento...

Ahí te juzgo
sintiendo tu cuerpo
a kilómetros de tu deseo,
oyendo tu voz
susurrando palabras
de amor que ni yo misma
podría decirte con tiempo....

Por eso te entiendo
porque así te siento a lo lejos.
 

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